venerdì 22 ottobre 2010

Crónica de la Comisión de redacción: 22 octubre

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El día comenzó con la Liturgia de Apertura, celebrada en tres ‘estaciones’. A los pies del Crucifijo del jardín, después de la oración, lectura Bíblica y reflexiones, se entrego un distintivo a los sinodales que luego se dirigieron en procesión a la estatua de San Pablo de la Cruz erigida con ocasión del segundo centenario de la Congregación. Allí en la segunda ‘estación’, los coordinadores de las seis Configuraciones recibieron una parte del logo del Sínodo como un tipo de ‘Symbolum Fraternitatis’. 

Después de cantar el ‘Salve, Sancte Pater’, la asamblea se dirigio hacia la aula para realizar la tersera ‘estación’ donde el Logo del Sínodo fue rearmado y los distintos miembros del Sínodo colgarón sus distintivos en el Logo completado. Ante la presencia del icono de la Virgen María, ‘Salus Populi Romani’, los miembros del Sínodo invocaron la presencia del Espíritu Santo con el Himno ‘Veni Creator’.

La Apertura formal del Sínodo se tuvo a las 11:00 hrs en el Aula con una breve intervención del Superior General, P. Ottaviano D’Egidio. Después el P. Denis Travers, Consultor General, presento a los facilitadores: Hermana Christine Anderson, F.C.J. y el P. Michael Mullins, S.M.

El P. Ottaviano leyó la primera parte de su informe, explicando que la segunda y tercera partes serán presentadas en los días subsequentes. Esta primera parte tuvo en un carácter inspiracional y reflexionó sobre rol del Carisma en el proceso de la Reestructuración. El texto completo se encontrará en el sitio web de la congregación.

Después del informe del Superior General, el P. Denis dirigió a los sinodales en el procedimiento de las votaciones: se propuso y eligió al Secretario del Sínodo, el P. José Luís Quinteros Sánchez; se aprobó el tema del Sínodo: Solidaridad para una nueva Vida y Misión, se aprobó la agenda del Sínodo y las normas para el mismo. Después de una breve discusión sobre la composición de la Comisión Coordinadora Central, el Sínodo aprobó la propuesta del General. Los siguientes forman parte de la Comisión: El mismo Superior General, los cuatro Consultores Generales, el Secretario del Sínodo y los dos facilitadores del Sínodo.

El P. Michael Mullins pidió reflexionar sobre lo que significa ser ‘Miembro del Sínodo’. Se trata de asumir y examinar todo lo que se ha realizado y que fue establecido por el Capítulo General y de seguir hacia adelante. Los miembros del Sínodo dialogaron sobre cómo se puedan hacer florecer ideas nuevas que puedan apoyar el nuevo camino asumido por todos, aclarando que esto no significa discusiones ni debates, sino un diálogo. Después pidió a los sinodales reflexionar sobre las siguientes preguntas.

¿Qué cosa os ha llamado la atención en el Informe de General? ¿Qué ha permanecido en vosotros? ¿Qué esperas de este Sínodo?

Entre las esperanzas expresadas se encontraron las siguientes: el deseo de que se pueda llegar a algo claro y concreto, que el Sínodo nos guie a un verdadero compartir de nuestros recursos; el reconocimiento de las distintas culturas y tradiciones; el coraje de atreverse a un cambio de mentalidad y una participación equitativa entre las partes nuevas y las más antiguas de la Congregación; una solidaridad basada en la Espíritualidad y Carisma Pasionista.

Por la tarde el P. Denis presentó el Informe del Consejo General sobre la Reestructuración. Se informó sobre lo que se ha hecho y el porqué se ha hecho, basándose en los informes recibidos de las seis Configuraciones. Subrayó los desafíos de la globalización y los cambios demográficos que debemos afrontar en el mundo, en el Iglesia y en la misma Congregación donde los jóvenes y las vocaciones provienen de las nuevas entidades. Hay una necesidad de nuevas relaciones para posibilitar una nueva presencia misionera en el mundo. 

Nuestras actividades realizadas recientemente en China, Vietnam y Nigeria fueron asumidas por religiosos de distintas provincias y vicariatos. Necesitamos una nueva manera de díalogar y compartir entre las partes más viejas y las más nuevas de la Congregación. El informe nos habló de las distintas fases del proceso de la reestructuración:

La Consulta realizada entre el 2004 y el 2006; La Planificación conjunta del 2006- 2008; las nuevas estructuras de Solidaridad entre el 2008 y el 2010; nuestro futuro entre el 2010 y 2012. Entre las tareas para el Sínodo se pueden ver las siguientes:
  • ¿Cómo asegurar que la Solidaridad se pueda vivir efectiva y prácticamente?
  • ¿ Qué tipo de autoridad necesitamos a nivel de las Configuraciones que hagan nuestras decisiones vinculantes y eficaces?
  •  ¿ Cómo podremos lograr respetar realidades como la diversidad cultural, la identidad  étnica y nacional en un futuro de mayor colaboración?
  • ¿Cómo lograr el equilibrio entre la disminución y el envejecimiento en las provincias más antiguas con las necesidades de expansión y crecimiento en las nuevas entidades?
  • ¿Cuál sería la dimensión más funcional para una Provincia?
 De los informes de las Configuraciones emergieron tres posibles modelos para el futuro:

1. Las Provincias, Vice-provincias y Vicariatos que se encuentras dentro de una configuración se unirán para crear una nueva entidad unificada bajo un único Líder y un Consejo. Los miembros del Consejo se toman de cada una de las entidades de la Congregación.
2. Algunas Provincias, Vice-provincias o Vicariatos de una configuración se unifican dentro de una nueva Provincia, mientras otras entidades quedan independientes. Los líderes crean un grupo con poder de tomar decisiones en tolas las materias de la solidaridad a nivel de la Configuración. Las decisiones que implican la Solidaridad en la Configuración son vinculantes para todos.
3. Las Provincias, Vice-provincias y Vicariatos dentro de una configuración mantienen su independencia como entidades.  Los líderes forman un grupo con capacidad de decisión en materias de solidaridad al nivel de configuración. Las decisiones sobre la solidaridad en la configuración obligan a todos.

Los Miembros del Sínodo se reunieron en siete grupos previamente armados para dialogar y compartir sobre lo que han encontrado de mayor vitalidad en este proceso de reestructuración. Las áreas vitales incluyen la colaboración, la solidaridad en la formación y en la economía, el encontrar una directiva común, toma de conciencia de la necesidad de cambiar. Algunos de las respuestas de los grupos subrayaron la importancia de incluir a todos los religiosos, desde las bases, en el proceso de restruturación y no solamente aquellos en los cargos de govierno.

Después de la seción plenaria en el aula, el P. Mullins concluyó invitando a todos a no apresurarse  buscando soluciones, sino soportar la angustia y la incertidumbre de los diversos pasos, buscando a Dios en la realidad de nuestras vidas.

La Eucaristía se celebró en grupos lingüísticos.

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